Las guardamos, coleccionamos… Y a menudo
desaparecen tan rápido como las adquirimos. Y
seamos francos: la mayor parte de nosotros nos
sentimos totalmente indefensos e inútiles si las
perdemos y vamos a tocar.
Pero la pregunta del millón en el tema es: ¿Cuándo
nos paramos a pensar, aunque sea unos instantes,
en cómo cogemos la púa y con qué objetivo de cara
al sonido? Hay que tener en cuenta que todo
guitarrista se distingue, entre otras cosas, por
su técnica, lo que desemboca en un dominio
concreto de la púa. Esto implica que, si lo
hacemos bien desde el principio, nos caracterizará
el resto de nuestras vidas.
Sin más dilación, lancémonos de lleno en un mundo
al que, según parece, se le da una menor
importancia de la que se debería. Si apenas
utilizáis la púa, coged una y dadle una
oportunidad. Si la empleáis frecuentemente seguid
leyendo; quizás podáis aprender algo nuevo.
COMPRANDO PÚAS
“A mí me vale con cualquiera”. Error. En efecto,
podríamos tocar con cualquier púa pero, desde
luego, lo inteligente sería emplear unas adecuadas
a nuestro estilo y preferencias personales y
físicas. Si vamos a tocar solos metaleros
ultra-rápidos con una púa grande de tres
milímetros de grosor, tendremos un problema. Si
además tenemos las manos pequeñas, puede
convertirse en nuestro infierno particular.
Para los principiantes en el tema, éste es un
importante hito para vuestra futura vida como
guitarristas. Así que, vístete y ve a una tienda
de instrumentos de tu confianza.
Cuando estés en la tienda y solicites púas al
dependiente, probablemente te lleve uno o dos
soportes trapezoidales, en el que cada cavidad
está identificada por una marca/tamaño/material de
púa. Ahora nos planteamos tan cruenta cuestión:
“¿Cuál cojo?” Mi consejo es que no cojáis una muy
blanda (entendiendo por blanda un grosor de 0.5 mm
o inferior). Al tratarse de un elemento nuevo en
vuestros dedos os sentiréis algo extraños; por lo
que, para aclarar las cosas, debéis elegir una púa
dura, fácil de sujetar y, a ser posible, con
superficie de contacto con dedos rugosa (aumenta
el rozamiento, lo que se traduce en una mayor
dificultad para que se os caiga de las manos). No
obstante, comprad unas cuantas, ya que nunca se
sabe cuál será vuestra favorita. Eso sí, hay que
tener en cuenta tres parámetros: material, grosor
y forma. Las púas elaboradas con material
artificial (nylon, plásticos, fibras sintéticas…)
proporcionarán un sonido más cálido (ejemplo
clásico: Dunlop Tortex), mientras que las púas
metálicas (nota: un uso prolongado e indebido
puede deteriorar las cuerdas), de hueso y madera
nos darán más brillo.
Obviamente, el material influye en la dureza de la
púa, pero centrémonos en otro punto: el grosor. Va
por gustos: algunos os sentiréis más cómodos con
un espesor que otro. Respecto a estilos, cabe
destacar que los guitarristas de jazz suelen optar
por púas más bien gruesas (de 1.5 mm en adelante),
y los guitarristas de heavy metal suelen optar por
púas con grosor de 1 mm. Pero como digo, todo
depende de lo bien que encajen en nuestros dedos.
Por último, nos queda la forma. A aquellos
fanáticos de la velocidad, mi consejo es que
empleéis púas con extremo puntiagudo. Desliza
mejor, ergo permite un ataque más rápido. En otros
casos, la cosa varía. Lo comprobaremos más
adelante.
AGÁRRALA COMO PUEDAS
Ahora sí. Has comprado tus púas, así que habrá que
pensar en usarlas, ¿no? Bien, no existen reglas
rápidas para mostraros cómo debéis sujetar la púa
porque, como se ha citado anteriormente, la mano
de cada uno de nosotros tiene forma única. Eso sí,
hay dos principios básicos: uno, sostener la púa
de forma que tenemos garantía total de que no se
va a deslizar de nuestros dedos al tocar; dos, que
el brazo esté relajado, y que la muñeca tome como
referencia un punto de apoyo (normalmente el
puente, aunque hay excéntricos, como Michael
Angelo, que hacen uso del golpeador para este fin.
Aseguraos de sujetar la púa con la yema del pulgar
y el borde del índice. Aquí cabe citar que hay una
mala tendencia, muchos acostumbran a sujetarla con
la yema del índice. Lo único que haréis será
dificultar el movimiento púa-contrapúa y,
probablemente, se os acabe cayendo.
La mayor parte de la púa debe estar entre vuestros
dedos. Para una púa de tamaño estándar, sujetad
los 2/3 de la misma. Cuanto menos punta dejéis al
descubierto, mejor (sobre todo a la hora de
ejecutar armónicos artificiales).
Ahora, atacad la cuerda con la púa. Puede que al
principio resulte incómodo, pero es necesario
echarle horas al asunto. Experimenta con el ángulo
de ataque de la púa sobre las cuerdas. Para un
ataque limpio, músicos, como Ynwie J. Malmsteen o
Michael Romeo, atacan con la púa totalmente plana.
Sin embargo, esta posición puede resultar
incómoda a la hora de mover la muñeca. Es más, la
mayor parte de los guitarristas lo consideran como
tal, y prefieren angular un poco la púa hacia
abajo. Esto provoca que el sonido suene más
“rasposo”, muy propio para rock. Por otra
parte, tenemos el extremo opuesto: angular hacia
arriba. Empleada por músicos como Shawn Lane, el
resultado es un sonido más redondo y lleno.
Todo guitarrista debería pararse a
pensar un minuto cómo coge la púa; si lo
hiciéramos bien desde la base, no tendríamos
problemas a la hora de aplicar técnicas más
avanzadas.
Púa angulada hacia abajo.
Obtenemos un sonido rasposo y roquero.
Púa angulada hacia arriba. Obtenemos un
sonido llano.
Modo Petrucci.Modo tradicional de jazz
MEJORANDO TÉCNICAS: PÚAS Y CONTRAPÚAS
Hay dos formas de atacar la cuerda con las púas:
la púa (hacia abajo) y la contrapúa (hacia
arriba). El modo más natural de tocar es
alternando púa (downstroke)-contrapúa (upstroke)
por cada vez que atacamos las cuerdas. Es lo que
en música se denomina modo estricto. Romper esta
técnica desemboca en el llamado modo económico,
que consiste en atacar varias cuerdas en el mismo
sentido si nos conviene (por ejemplo, si atacamos
todas las cuerdas, desde la sexta hasta la
segunda, ejerceríamos sólo púa, y en ningún
momento contrapúa).
Para empezar, sólo consideraremos movimiento púa.
Tratad de tocar el ejercicio 1 despacio, e
intentando que los ataques a la cuerda sean
iguales siempre, pero sin que sean bruscos, o que
hagan que la cuerda choque contra el diapasón.
¿Qué tal ha ido? ¿Bien? En ese caso estáis listos
para desarrollar púa-contrapúa alternada. Notaréis
que el sonido es más “flotante” y que podéis
desarrollar una mayor velocidad.
Desde luego, el uso de púas y contrapúas de forma
aislada tiene su lugar, como se puede observar en
algunas técnicas (rakes, sweep…). Pero si tus
influencias incluyen a la mayoría de los
guitarristas reconocidos, como Al Di Meola, Ynwie
Malmsteen, John Petrucci, Steve Vai o Steve Morse,
el ataque alternado es lo que buscáis. Yo,
personalmente, es el que empleo al realizar
punteos estándar (algunas técnicas, como el
sweep-picking, que veremos más adelante, exigen
emplear barridos exclusivamente de púa o de
contrapúa).
ALGUNAS TÉCNICAS PARA AVANZAR
Ahora entraremos en un terreno intermedio, pero
nos asustéis antes de probar. En el siguiente solo
se emplean tres técnicas de púa que pueden dar un
toque original y más convincente que el mero
“picking”:
Las técnicas que se utilizan en el ejemplo son:
a) Rakes: Se realiza atacando dos o tres cuerdas
(con un movimiento de púa –modo económico-), hasta
llegar a la cuerda en la que deseamos tocar. Las
otras cuerdas se silencian mediante la palma de
mano de la púa, y con los dedos de la mano
pulsadora, para obtener el sonido deseado.
b) Armónicos artificiales: El archiconocido
recurso para dar un toque
“chillón” a las notas. Sujeta la púa con fuerza,
cubriendo la práctica
totalidad de la misma con el pulgar, y ataca la
cuerda. En el mismo
instante del ataque, toca la cuerda con el pulgar,
y voilà, tenemos un
armónico artificial. Exige práctica, así que sed
pacientes y practicad.
c) Slide de púa: Extremadamente sencillo, y
adecuado cuando tocamos
con distorsión. Consiste en deslizar
perpendicularmente la púa sobre la sexta cuerda,
en sentido descendente.
TÉCNICAS AVANZADAS
Si sois principiantes, no os recomiendo intentar
estas técnicas hasta que hayáis depurado las
básicas. Eso sí, al menos os darán una idea hacia
dónde progresar. He aquí un ejercicio:
Poco a poco, vamos avanzando. Aquí describo las
técnicas empleadas en la anterior composición:
a) String skipping: Se trata de una forma de
obtener sonidos diferente de los riffs
tradicionales. En dichos riffs, normalmente el
guitarrista toca algunas notas en una cuerda, se
traslada a la adyacente y sigue la línea melódica.
En el caso del string skipping, se tocan una o
varias notas en una determinada cuerda y,
posteriormente, en lugar de seguir con la melodía
o riff en la siguiente cuerda, nos la saltamos y
tocamos en cualquier otra. Requiere práctica, pues
al principio es muy frecuente colisionar con las
cuerdas adyacentes al intentar acceder aotra. Por
ello, es importante que la distancia recorrida por
la púa cada vez que punteáis sea lo más corta
posible; lo necesario para que la cuerda vibre y
suene. Es una técnica muy empleada en estilos
derivados de rock. Los principales maestros
vinculados son Paul Gilbert y Eric Johnson,
quienes la utilizan a menudo en sus patrones de
arpegios.
b) Sweep picking: Otra de esas técnicas adoradas
por los metaleros amantes de la velocidad
vertiginosa. Empleada en arpegios, básicamente se
trata de una técnica que economiza el movimiento
de la púa, es decir, incrementar la cadencia con
que desarrollamos los ataques. Si lo realizamos
sobre una sola cuerda, empleamos estilo alternado
(estricto), pero al cambiar de cuerda, en vez de
alternar, empleamos el movimiento correspondiente
a la última cuerda, de tal suerte que aprovechamos
ese movimiento para tocar más rápidamente mediante
un barrido de cuerdas. (es decir, si en la última
cuerda que hemos tocado hemos realizado movimiento
downstroke, la siguiente cuerda es tocada también
con downstroke, e idem en el caso upstroke). Todo
ello, con movimiento estrictamente de muñeca.
El sweep es cultivado por la mayor parte de los
guitarristas, con especial énfasis por los de rock
(Michael Romeo, Joe Satriani, Steve Vai, John
Petrucci, Kiko Loureiro, etc).
c) Tapping de púa: Esta técnica es derivada, como
supondréis, del tapping tradicional. Consiste en
percutir perpendicularmente los trastes con la púa
al tiempo que pulsamos cuerdas. En resumen: en vez
de los dedos de la mano derecha, empleamos la púa.
El resultado es un sonido muy brillante y nos
brinda la posibilidad de tocar muy rápido. El
único inconveniente es que no pueden hacerse
simultáneamente en más de una cuerda.
MODOS DE TOCAR DE ALGUNAS LEYENDAS
Hasta ahora nos hemos estado nutriendo de un
contenido teórico-práctico de técnicas de púa.
Pero, ¿de qué manera han concebido estas técnicas
los guitarristas contemporáneos? Descubrámoslo.
BLUES Y JAZZ: BB KING Y DJANGO REINHART
Este hombre, al igual que los bluesistas y
jazzistas más veteranos, contempla un uso de la
púa que se centra en oprimirla fuertemente, sin
que quede hueco alguno entre dedo y dedo. Si nos
fijamos en otros grandes, como el jazzista Chuck
Wayne, veremos más de lo mismo. Las púas que
emplea son gruesas y ligeramente puntiagudas, y su
técnica habitual se cimenta en el modo estricto,
alternando upstroke y downstroke, con un
movimiento casi estrictamente de muñeca.
ROCK: JOHN PETRUCCI, MICHAEL ROMEO Y STEVE VAI
Dos grandes de los escasos guitarristas de rock
progresivo que existen y un legendario guitarrista
inclasificable. El rendimiento que obtienen al
tocar es sencillamente espectacular, con una
distancia de recorrido de púa mínimo y depuradas
técnicas de sweep y skip, así como combinaciones
sweep-tapping. En el caso de Romeo y Petrucci, el
movimiento de muñeca es breve, y mantiene una
posición recta y con los dedos paralelos a las
cuerdas, descendiendo ligeramente el antebrazo
para alcanzar las más alejadas del punto de
referencia, que es, en ambos casos, el puente.
Puede observarse en estas dos figuras que, al
desarrollar solos muy rápidos, suelen apoyar el
dedo corazón sobre el índice para evitar que la
púa se deslice, debido a las elevadas velocidades.
El resto de los dedos, relajados. Emplean púas de
extremo puntiagudo.
Si nos fijamos en Vai, nos encontramos en un caso
distinto. Hace uso de un mayor ángulo de apertura
en cuanto al movimiento de la muñeca y los tres
dedos libres están más relajados que en el caso de
los dos anteriores, y con el brazo más inclinado.
Esto se debe a que a menudo emplea esos dedos para
tocar de manera combinada con la púa, o para
desarrollar otras técnicas. Vai es un maestro en
todas las técnicas conocidas de guitarra,
incluyendo el poco cultivado pick-tapping (tapping
con púa), muy empleado e impulsado por su maestro
Joe Satriani.
Obviamente, la limitada extensión del presente
artículo me impide añadir nombres igualmente
notables, como Paul Gilbert, Kiko Loureiro, Nuno
Bettencourt, Al Di Meola, y otros tantos cuyas
técnicas de púa han engrosado la lista de los
estándares de aprendizaje superior.
PÚAS DE INTERÉS
No podríamos cerrar el presente artículo sin antes
mencionar algunos modelos concretos de púas que se
adapten a vuestro estilo; eso sí, lo más
importante es que os sintáis cómodos con ellas.
Dunlop Tortex: Con grosores desde 0.5 mm hasta
1.14 mm y diferentes formas, está elaborada con un
material sintético antideslizante y resistente,
que se ha ganado la confianza de grandes como
Slash, Paul Gilbert, George Lynch y un larguísimo
etcétera, que no deja lugar a dudas de su
versatilidad y calidad.
Dunlop Jazz III: La púa favorita de John Petrucci
(y también la mía). Se trata de una púa de
material sintético, de superficie más suave que la
Tortex, y un extremo puntiagudo que permite un
desplazamiento rápido, así como desarrollar
armónicos artificiales con gran facilidad.
Dunlop Nylon: Otra de las archivendidas púas de
Dunlop. De larga duración, presentan una
superficie rugosa y que se adhiere a los dedos con
facilidad. Muy ligera y manejable. Empleada por
Eric Johnson, Mick Thomnson y Whitesnake.
D’Andrea Delrex: Una de las más solicitadas de
D’Andrea. Fabricada con delrin, proporciona un
sonido cálido y percusivo.
Fender Celluloid: Una púa de textura muy suave y
atractiva. Fabricada con materiales celuloides,
desliza con facilidad y se presenta en tres
grosores: thin, medium y heavy.
CONCLUSIÓN
Es más que evidente que con sólo observar la púa
de un guitarrista (al menos, el que conoce su
equipo), pueden deducirse bastantes detalles
acerca de su técnica y del estilo que cultiva.
Sobre todo, recordad que una elección de una púa
no es ni acertada ni incorrecta, sino conveniente.
Vuestro toque de púa es para toda la vida.
Aunque muchos seáis partidarios de tocar
únicamente con púa, ante todo, debo dejar claro
que no hay que desdeñar la técnica clásica que se
limita a emplear los dedos. Es más, os animo a que
también la cultivéis, ya que tiene sus ventajas.
Ya conocéis, en cualquier caso, los tres
principios en que se basa este mundo de la
técnica: practicar, practicar y practicar....
la clavija
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